Todos los años, entre el 11 y el 13 de julio, se celebra el festival Naadam en Mongolia: una festividad que se erige como símbolo de la identidad mongola. Durante los días en que las competiciones deportivas que lo caracterizan tienen lugar, se celebran la historia y las tradiciones de un pueblo que honra su patrimonio cultural y se fortalecen los lazos comunitarios de su pueblo.

Naadam hunde sus raíces en la era del imperio mongol, cuando Gengis Kan y sus sucesores utilizaban competiciones atléticas para mantener a los soldados de su ejército en buena forma física y favorecer la cohesión entre sus tropas. A lo largo de los siglos, estas competiciones evolucionaron para incluir no solo habilidades militares, sino también deportes que reflejaban las habilidades esenciales de la vida nómada. El festival se convirtió en una parte integral de la cultura mongola, celebrado inicialmente como una muestra de destreza militar y más tarde como una expresión de identidad nacional y cultural.

Las competiciones se centran en tres deportes principales:

Lucha mongola.

Antes de comenzar la demostración de fuerza, una impresionante muestra de equilibrio y habilidad, los luchadores, vestidos de trajes regionales mongoles, realizan rituales para mostrar respecto y admiración hacia sus contrincantes. Los luchadores reciben el nombre de bökh.

Carreras de caballos.

Se trata de pruebas de resistencia donde los jinetes montan a sus caballos en ocasiones durante más de 30 kilómetros a través de los diferentes terrenos de las llanuras mongolas.

Tiro con arco.

Practicada tanto por hombres como por mujeres, esta práctica se centra en la precisión y la habilidad técnica de sus participantes. Los arqueros disparan a objetivos situados a diferentes distancias utilizando arcos tradicionales, muestras de la cultura más propia de este país asiático.

Además de esta faceta deportiva del festival, no podemos pasar por alto las demostraciones de artes escénicas, como la danza bie biyelgee, la preparación de platos típicos, la artesanía y manifestaciones como el canto difónico khöömei. Resaltando la importancia que tiene para la comunidad este festival, durante las jornadas se suceden rituales y plegarias, acompañadas del recitado de poemas en honor a los participantes en cada una de las competiciones y artes.

La transmisión a los más jóvenes de estos rituales y acciones durante el Naadam tienen el objetivo de perpetuar los modos y condiciones de vida en los que se ha desarrollado esta cultura asiática. Esta festividad, unida al aprendizaje efectuado en el seno de cada familia, favorece esta perpetuación de las costumbres.

Por último, señalaremos que los rituales y costumbres del Naadam hacen hincapié en el respeto en la naturaleza y el medio ambiente. A pesar de ello, se enfrenta a desafíos modernos como la preocupación por el bienestar animal de los caballos durante las carreras. Este tipo de cuestiones han llevado a tomar medidas para modernizar el festival sin comprometer su integridad cultural.

En conclusión, Naadam es una celebración dinámica que evoluciona con el paso del tiempo. Una ventana fascinante a una cultura rica y vibrante, donde el pasado y el presente se encuentran cautivando a participantes y espectadores por igual.